En materia de construcción, podemos afirmar que la madera es un material con cualidades únicas. Durante el siglo XIX el material protagónico fue el acero, mientras que durante el siglo XX fue el hormigón. Y el actual siglo XXI el material protagónico es la madera.
Entre las principales causas del conocido cambio climático, se encuentran las emisiones del CO2. Y un 30% de ellas son originadas en los edificios, los cuales tienen un consumo total de energía del 40%.
En este país, el uso del ladrillo originó una enorme cantidad de viviendas con calidad muy baja. Pues, en su construcción llegaron a omitirse algunos criterios asociados con su sostenibilidad.
Un Recurso Natural
La madera es un recurso natural, que puede renovarse, reutilizarse y biodegradarse. Posee un comportamiento óptimo en el sistema de economía circular. Es un material que posee una serie de beneficios para el medioambiente, características que logran diferenciarlo de los demás materiales para la construcción. Realmente lo hacen un material único.}
La madera y el cambio climático
Los cambios a nivel del clima que se han estado sucediendo, en cierto modo nos advierten que debemos modificar el pernicioso sistema constructivo que llevamos hasta los momentos. Un sistema constructivo que emite gases con efecto invernadero, además, demanda una alta energía.
Pero, también tenemos a la madera. Que en contraposición al hormigón o al acero, es un material que necesita una cantidad de energía considerablemente menor durante su proceso de transformación desde la materia prima hasta ser material para la construcción.
Como ejemplo tenemos a la edificación con 5 plantas construida por House Habitat. Este edificio se encuentra en el distrito de Gracia de la ciudad de Barcelona. Y en él, las emisiones CO2 que resultan del proceso de fabricación para las estructuras en madera, llegaron a ser 8 veces menores que las producidas en estructuras de acero y 5 veces menor que en el hormigón.
Única en su naturaleza
La madera es, en la construcción, el único tipo de material que durante su vida útil, como parte de las estructuras, seguirá absorbiendo y hasta almacenando el CO2 que se encuentra en la atmósfera. Es una propiedad realmente importante, más en las áreas urbanas donde existe una elevada concentración de las emisiones. Así que, considerando las dos formas para disminuir el CO2 que contiene la atmósfera (evitarlo o almacenarlo), el único tipo de material capaz de ejecutar ambas formas es la madera.
La gestión
La madera como material para la construcción garantiza al ambiente la preservación de bosques, que son los sumideros que la naturaleza proporciona para el dióxido de carbono generado. Claro, para llegar a este punto, el proceso de su transformación desde materia prima a material de construcción, debes ser una gestión controlada, responsable y viable en materia económica.
FSC y PEFC se encuentran entre las organizaciones principales especializadas en el medioambiente. Ellas han afirmado que aprovechar de manera sostenible los diversos recursos forestales que tenemos, es nuestra única manera de garantizar la supervivencia.
El árbol plantado para la obtención de madera, que es un árbol joven, tiene la capacidad de absorber mayor porcentaje de CO2 que el árbol maduro. Estos últimos se mueren, luego se pudren y devuelven a la atmósfera todo el almacenamiento que poseen de CO2. Mientras que, por otro lado, en el bosque gestionado de la mejor forma, los árboles talados continúan almacenando el CO2 durante toda su vida útil como producto resultante.
Menos consumo energético, menos contaminación
Como material de construcción, la madera es de los que proporcionan mejor aislamiento al frío durante el invierno y al calor durante el verano. Realmente es un idóneo como material de construcción, ya que cumple con los estándares superexigentes de disminución en la demanda de energía en la construcción de tipo pasiva, incluso en el consumo energético prácticamente nulo. Y todos sabemos que mientras menor es el consumo energético, menor será la contaminación.